miércoles, 18 de noviembre de 2015

Comida tipica

Desde nuestros antepasados, la comida a base de maíz, frijol y chile, fue el alimento principal, con la llagada de los españoles, la gastronomía se diversificó y complementó, en la actualidad, las recetas de la cocina tradicional indígena se ha dado de generación en generación y es ahora una variedad de sabores, colores y olores, es Patrimonio Intangible de la Humanidad, declarada por la Unesco el 16 de noviembre de 2010.El próximo fin de semana, 19, 20 y 21de octubre, tendrá lugar el noveno encuentro de cocineras tradicionales indígenas en el centro de convenciones de Morelia, pero también podrá disfrutarla en Zacán; la región purhépecha de la ribera del Lago de Pátzcuaro, Ciénega de Zacapu, cañada de los Once Pueblos y la Meseta o Sierra Purhépecha, expondrán, cocinarán y deleitarán al más exigente.El tradicional churipu con sus kurhundas, un delicioso y picoso chile a base de tinguaraque en molcajete, embarrado en un tortilla de maíz hecha por las manos mágicas de las Uarhí –mujeres- indígenas, maíz blanco o azul o combinado, que luego tienden o deslizan sobre un comal de barro de allá de Patamban que es sostenido por las paranguas y calentado por las llamas producidas por leña de pino o encino.La diversidad de atapakuas; del rojizo mole tatemado en enormes ollas de barro sostenidas por un huancipo; de los hongos colorados guisados con chile o Yarinderekua; las kuruchas asadas, doradas o empanizadas. Unos ricos nacatamales de chile rojo en hojas de mazorca.Toda una gama de comidas que nos dan identidad, que tienen su origen ancestral, con ingredientes propios del arte culinario de mi tierra. Qué me dicen del guarás –raíz de chayote-, un toronjil morado, un atole de nurite, zitún, caña, negro, de grano tierno de maíz, pinole.Un enorme chiquihuite –cesto de carrizo- lleno de pan elaborado manualmente, donde se amasa y da forma a la harina como la imaginación te guíe, introducido con una pala de madera hasta el fondo del horno construido de piedra y barro, y calentado con pura leña de encino o tocuz.Para que baje la comida y el postre, tal vez capirotada o buñuelos, qué mejor que una agua fresca de chía, pichekua, chenguas o tzuris o ya de perdis de limón o Jamaica. 







Vestimenta

Hay dos clases de faldas, una llamada “sabanilla”, es un enredo y consiste en un lienzo rectangular de lana tejida a mano. Estas faldas sirvieron desde tiempos inmemoriales para abrigar durante la noche a toda la familia y de ahí su nombre de “sabanilla”. De día las mujeres la tablean alrededor de su cintura y la sujetan con un ceñidor del que dejan sobresalir 20 cm de tela. Por su propio peso esta orilla se voltea hacia abajo y forma el famoso rollo de las tarascas.
La otra falda, llamada “zagalejo”, es también de lana. Lleva en la parte de arriba una tira de tela de algodón en color fuerte y, en la parte inferior, una cenefa del mismo material para protegerla del roce con el suelo. Está montada en angostos pliegues sobre una pretina amarrada en la cintura. Para formar “el rollo”, se vuelve la tela hacia adentro y se ata la pretina unos 20 cm más abajo. Al ceñirse la faja, esos veinte centímetros que sobresalen se doblan hacia fuera.
El “rollo” sirve para apoyar lo que las mujeres cargan en la espalda, ya sea una criatura, una canasta o un haz de leña. Bajo la falda o el enredo, las mujeres llevan en aguas blancas de manta, que tienen 5 metros de ancho a las que les cosen en la orilla inferior una tira bordada con lana o algodón en punto de cruz, a la que llaman labrado y en color contrastante, asoma bajo la falda luciendo dibujos de grecas, flores y animales.
Las tarascas usan dos ceñidores: el primero de grueso tejido de lana en color oscuro, es el que verdaderamente sostiene la falda de suyo pesada. El otro, más fino de colores vivos en lana o algodón sirve principalmente de adorno.
Hay tres tipos de camisas: el más antiguo deriva del huipil de dos lienzos llamado huananjere, es corto de manga blanca de una sola pieza metido bajo la faja. Está bordado alrededor del cuello y en los hombros con punto de cruz o al pasado, en color rojo o azul oscuro. El segundo tipo es de manta blanca, de escote cuadrado, con una bata tejida de gancho. El tercero es el más usado. Está camisa va plegada sobre el pecho y la espalda por una jareta a lo largo del escote; se acomoda así a los diferentes tamaños de mujeres, está bordada a veces en blanco y a veces en color, sobre los hombres y alrededor del escote con un trabajo muy fino y puntadas diversas.
Las tarascas se peinan con dos trenzas entretejidas con cordones de lana. Las mujeres indígenas michoacanas se cubren con rebozos de algodón azul marino con rayas azul pálido y blancas. Los flecos están guarnecidos con motitas y re bordados con motivos de águilas y figuras humanas. Para este trabajo emplean la artisela, que da la impresión de los antiguos trabajos con plumas.


Arquitectura

*La arquitecturacaracterística de los PURÉPECHAS fueron grandes plataformas formadas por terrazas alargadas y pequeñas pirámides, eran de planta mixta conocidas como yácatas. Las yácatas estaban hechas con piedra volcánica y lajas unidas con argamasa.


martes, 17 de noviembre de 2015

Tradiciones y Constumbres

En la meseta purépecha, en la milpa, la mujer trabaja del lado del marido, junto con los hijos y los nietos. Así, en la preparación de la tierra, la siembra, la asegundada y la cosecha, la familia convive y se integra. Se come en la milpa entre los surcos y muchas veces la mujer marca el ritmo del trabajo.
Tradicionalmente, el atole de maíz forma parte de los momentos relevantes del ciclo de vida en la región purépecha. Está presente en el nacimiento como alimento de la madre y se obsequia en el bautismo; en la “fuga” de la novia y el “perdón”; se ofrece a los padres de la “raptada”, y también forma parte de la fiesta de la boda. Igualmente, se bebe atole como parte del evento ceremonial, donde se da nombramiento de “cargueros” y no puede faltar en los velorios.
En Michoacán, en bodas, bautizos y fiestas patronales se acostumbra dar de comer a los invitados churipo, que es un caldo de res con chile rojo y corundas. Esta es la comida de fiesta más tradicional, señala Adelaida Huerta Solís, originaria de la comunidad de Santo Tomás, en la cañada de los 11 pueblos, una de las tres regiones de la cultura purépecha en la entidad. En cambio, en los funerales se acostumbra dar atapakua a los invitados, un platillo consistente en mole rojo con queso, espesado con maíz morado o azul, molido en metate; también puede llevar semilla de calabaza o chilacayote. De igual forma, se acostumbra el xanducata, que es mole rojo con queso espesado con masa y lleva carne.
                                       


 





Sus Orígenes

Algunos autores han propuesto que el origen de los p'urhépecha estaría en el continente sudamericano, basándose en diferentes tipos de evidencias.
  1. Los rastros de cerámica, construcciones y entierros de "tipo pozo" esparcidos desde América del sur hasta la zona central de México.
  2. Las similitudes artísticas-religiosas entre la cultura p'urhépecha y los pueblos sudamericanos.
Sin embargo, estos factores no constituyen una evidencia suficientemente sólida para dar por garantizado dicho origen. La lengua P'urhépecha de hecho es una lengua aislada que no ha podido ser convenientemente relacionada con ninguna otra del continente.


Bandera Purepecha
La bandera p'urhépecha o anaakukua surge como un símbolo de unión e identidad con todos los p'urhépecha, buscando al mismo tiempo la organización y lucha de los pueblos p'urhépecha contra las nuevas formas de dominio y explotación que agreden constantemente a las comunidades indígenas y en general a toda la cultura. Y como un homenaje a todos los hermanos caídos por la defensa de las tradiciones p’urhépechas y por la integralidad de las tierras comunales, especialmente a los indígenas asesinados el 17 de noviembre de 1979 en Santa Fe de la Laguna por los ganaderos y guardias blancas de Quiroga, se hace la ceremonia de la toma de bandera p'urhépecha en la comunidad indígena de Santa Fe de la Laguna, municipio de Quiroga, Michoacán, México, el día lunes 17 de noviembre de 1980.
En el proyecto para la elaboración y diseño de esta bandera p'urhépecha han intervenido un gran número de personas de las distintas regiones p’urhépecha, así como de diferentes niveles de conocimientos y disciplinas, llegando a la presente imagen simbólica que puede explicarse como sigue:
  • Amarillo, (Eraxamanirhu - Región Cañada de los 11 Pueblos), que nos representa la región de la cañada con el río Duero que corre serpenteando los Once Pueblos como un símbolo de vida y energía que transmite a la gente de esta región fértil.
  • Verde, (Juátarhu - Región Meseta P'urhépecha), que nos expresa la fecundidad de los bosques serranos y la riqueza de las maderas comunales de los pueblos pertenecientes a la llamada Meseta P’urhépecha o Tarasca.
  • Morado, (Tsakápundurhu - Región Ciénaga de Zacapu), que nos hace presente la región de la Ciénaga y de sus pueblos que han perdido el idioma materno y gran parte de nuestra herencia cultural, que sin embargo aún cuidan y mantienen con sus manos a uno de nuestros dioses antiguos: el maíz.
  • Azul, (Japóndarhu - Región Lago), que nos da la significación de la región lacustre, donde fue el centro del Reino P’urhépecha, reflejando en sus aguas la grandeza de sus dioses y la memoria presente de las Yácatas que aún se conservan en casi todos los pueblos ribereños, donde se continúa tomando un alimento ancestral: el pescado blanco.
En el centro, se ha colocado un bloque de obsidiana que representa a Curicaveri, es la forma de dios solar y que significaba el Gran Fuego, el que se alimenta de Fuego; forma que abrasa y proyecta a los diferentes puntos cardinales cuatro grupos de flechas, en la Relación se dice: estas flechas son dioses; en cada de estas, mata al dios Curicaveri y no suelta dos flechas en vano. También se encuentra el cuchillo de piedra blanca que señala el mensaje o destino del pueblo P'urhépecha y su origen divino, descendiente del "Linaje del Dios Curicaveri".3
La mano cerrada indica la unión de la raza P’urhépecha, presencia del hombre y la mujer que unen a todos los rincones de nuestros pueblos para defender su destino de pueblo elegido, como la oración que se repite ahora a través de los siglos:
“…¡Oh tú, / dios del fuego, / recibe propicio nuestras preces: / lleguen hasta ti las espirales / de humo / de la leña sagrada / el valor / a nuestros guerreros / que hoy empuñan las armas / para aumentar los dominios / de nuestro padre el SOL / … Tú, / que eres la mañana de oro, / ciega a tus enemigos, / envuélvelos en el humo / que se levanta / de estas mil hogueras / y hazlos caer a todos / en manos de tu ejército.”
Como leña del escudo P'urhépecha, se ha tomado la frase que nació en la lucha organizada por la defensa de la tierras comunales en Santa Fe de la LagunaJuchari Uinapikua('Nuestra fuerza'), palabras que encierran toda la herencia cultural de un pueblo no vencido y que hoy repiten el resto de los pueblos P'urhépecha que luchan por su liberación.

Ubicación Geografica

Los purépecha (p'urhépecha o p'urhéidioma purépecha [pʰuˈɽepeʧa]) son un pueblo indígena que habita primordial-mente en el estado de Michoacán, México, que fueron conocidos como los michoacas o michoacanos en su etimología náhuatl, como habitantes de Michoacan ('lugar de pescadores'), y que también habitaron en los estados de Guanajuato y Guerrero, en México.
Actualmente también existen grupos purépechas que han migrado y se han establecido en otros estados de la República Mexicana como Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Distrito Federal, Colima y Baja California así como en los Estados Unidos u otros países no limítrofes como Canadá y Groenlandia donde realizan actividades pesqueras.